miércoles, 22 de marzo de 2023

Continuemos con otra práctica

 

PRACTICAS BÁSICAS

3- Sentarse como una montaña

   Thich Nhat Hanh

Henry era profesor de matemáticas en la Escuela Francesa de Toronto que, al regresar a su escuela después de pasar tres semanas  en Plum Village, empezó a practicar junto a sus estudiantes. Entró en el aula  despacio, caminando en plena consciencia, y se puso a escribir en la pizarra de forma consciente. Los estudiantes le preguntaron: << ¿Profesor, está usted enfermo?>>. Y Henry contestó: << No, no estoy enfermo>>, solo estoy practicando el caminar consciente. me gusta hacerlo, siento mucha paz. Hay en mi mucha paz porque he aprendido a practicar la plena conciencia. ¿puedo contar lo que hice en Plum Village? y todos le escucharon.

  Hola acordaron que cada 15 minutos 1 de los alumnos daría una palmada (no tenían campana de plena consciencia todavía) y todos, incluso el profesor, practicarían la respiración consciente y se relajarían sentados en la silla. practicaban dejar de hacer lo que se estuviesen haciendo y regresar a sí mismos en ese momento poniendo toda la atención en la inspiración y la espiración. eso les ayudó a mejorar su capacidad de aprendizaje.

  Al principio, era como un juego; pero con el tiempo, se convirtió en parte de sus vidas. Toda la clase se benefició de la práctica de la respiración y de sentarse en plena consciencia. Se dio una transformación, una sanación, y el aula de Henry realizó grandes progresos, se convirtió en una alegre familia. Otras aulas de la escuela siguieron su ejemplo, y cuando Henry llegó a la edad de jubilación, la administración le pidió que se quedara unos años más. Pudo concentrarse en llevar la práctica de la plena conciencia a la escuela y aumentar la calidad de la enseñanza y del aprendizaje.

  Lo que Henry experimentó está al alcance de cualquier educador. Con solo sentarse y respirar, puede ayudar a sus alumnos a sufrir menos y a ser felices. Los ayuda a generar una sensación de alegría y más tarde sabrán cómo generar esa sensación por sí mismos.

  En nuestra mente hay una radio que funciona sin cesar, la radio PSP: Pensar Sin Parar. Cuando nos sentamos, apagamos la radio y disfrutamos de cada respiración de forma más profunda. la sanación y la nutrición se dan con más facilidad. si estás concentrado de verdad en la respiración, aunque sea solo por un instante, descubrirás que, de forma natural, dejarás de pensar sobre el pasado por el futuro, sobre proyectos y preocupaciones, y desarrollarás tu capacidad para disfrutar con cada respiración de las maravillas de la vida en el momento presente. eso se convierte en un hábito, pero requiere de cierto entrenamiento, al igual que jugar al ping pong o al tenis. Con la práctica, adquieres el hábito de disfrutar de la respiración al sentarte.

  Durante la meditación sentada, por tanto, dejamos de hablar y calmamos el cuerpo y la mente. No dejamos que el pensamiento nos arrastre. Es muy beneficioso abandonar nuestro pensamiento sobre el pasado o el futuro y regresar al momento presente. El pensamiento es lo que nos aleja del aquí y el ahora. Si estás atrapado en el pensamiento todo el tiempo, te cansas y no eres capaz de estar presente.

  El filósofo René Descartes dijo: << pienso, luego, existo>>. Pero no estoy de acuerdo: << pienso, luego, no existo aquí, no estoy realmente aquí para experimentar las maravillas de la vida>>. Si el pensamiento me arrastra, no puedo estar realmente presente. A veces el pensamiento es productivo, pero otras veces nos aleja de la experiencia de estar con la persona que está aquí, con lo que está pasando aquí ahora. Puedes calmar los pensamientos de forma natural si concentras la atención plenamente en la inspiración y la espiración.    Observas un silencio elocuente, poderoso, que te permite estar totalmente vivo y presente para disfrutar de cada momento, de cada respiración. Ese silencio no es en absoluto opresivo: está muy vivo. Cuando paramos de hablar y calmamos el pensamiento y la respiración, volvemos a estar vivos, atentos a lo que ocurre en nosotros y en torno a nosotros. Podemos describir ese silencio como un << silencio atronador>>, tan poderoso como el trueno. Cuando nos sentamos y respiramos juntos de esa manera, podemos generar una energía colectiva muy poderosa que penetrará en cualquiera que esté en el aula, y contribuirá a su sanación y transformación.

  La mente es como un río; los pensamientos son gotas de agua qué se suceden en la corriente. Meditar es sentarse junto al río de la mente y reconocer cada pensamiento que aparece. Puedes practicar sentado con cada uno de estos versos durante una o dos respiraciones:

  Consciente de mi inspiración, inspiro. Consciente de mi inspiración, espiro.

  Siguiendo mi inspiración, inspiro. Siguiendo mi inspiración, espiro.

  Consciente de mi cuerpo, inspiro. Consciente de mi cuerpo, espiro.

   Calmando mi cuerpo, inspiro. Calmando mi cuerpo, espiro.

  Generando alegría, inspiro. Generando alegría, espiro.

  Generando felicidad, inspiro. Generando felicidad, espiro.

  Consciente de una sensación o emoción dolorosa, inspiro. Consciente de una sensación o emoción dolorosa, espiro.

  Calmando esa sensación o emoción dolorosa, inspiro. Calmando esa sensación o emoción dolorosa, espiro.

  Imagina mil estudiantes sentados en silencio en una asamblea escolar practicando la respiración consciente para calmar el cuerpo y soltar la tensión gracias a una meditación sentada como esta. Los alumnos de ese grupo sentirán una poderosa energía que puede ayudarlos a calmarse y a sentirse más felices. Un niño o niña que se encuentra en la escuela dentro de un grupo que puede generar energía de amor y comprensión tendrá más oportunidades para transformar su sufrimiento. Una energía colectiva de paz, generada por la plena consciencia, es la respuesta.





 

domingo, 19 de marzo de 2023

Regreso hoy para leer un nuevo fragmento

 PRACTICAS BÁSICAS

2 – La campana de plena consciencia

Una embajadora de paz y felicidad

Thich Nhat Hanh

 

  Queremos apreciar cada instante de nuestra vida, queremos apreciar cada minuto. No necesitamos olvidarnos del tiempo. No necesitamos que el tiempo vuele. No queremos que el tiempo transcurra veloz, porque el tiempo es vida.

  Cada segundo contiene infinitas joyas; cada minuto, cada segundo, es en sí una joya. Cuando observas la joya de este mismo segundo, ves el cielo, la tierra, los árboles, las colinas, el río y el océano: una inmensa belleza. No queremos matar el tiempo. queremos sacar hondo provecho de cada momento que nos es dado para vivir, la campana de plena consciencia nos ayuda a hacerlo.

  Sin plena consciencia, desperdicias tu tiempo, no vives la vida con hondura. La campana nos ayuda a regresar a nosotros mismos y a generar energía de paz y alegría.

  la campana es una embajadora de paz y felicidad en nuestro hogar y en el aula. empleamos la expresión << invitar la campana>>, no << tocar>> o << tañer>> la campana, por qué es nuestra intención tratar a esa embajadora con respeto, invitarla a que comparta con nosotros ese hermoso sonido que lleva dentro. cuando nos damos cuenta de que la campana es embajadora de paz y felicidad, podemos inspirar en plena consciencia y ser conscientes de que la campana, la embajadora, ha llegado. cuando espiramos, sonreímos a su excelencia la embajadora. inspirar y espirar de esta manera aporta paz y relajación.

  este capítulo te ayudará a prepararte para hacer un buen maestro o maestra de la campana. para empezar, sostienes la campana y el invitador (así llamamos a la baqueta o mazo) i prácticas inspirar y espirar dos veces mientras recitas un breve poema. el primer verso es: << cuerpo, habla y mente en perfecta armonía>>. mientras inspiras recitas en silencio ese verso, y unes en concentración cuerpo, mente y habla.

 Inspirando: << Cuerpo, habla y mente en perfecta armonía>>.

Espirando:<< Envío mi corazón con el sonido de esta campana>>.

Inspirando:<< Que todo el que lo escuche despierte del olvido>>.

Espirando: << Y trascienda el camino de la ansiedad y el dolor>>.

Mientras recitas en silencio este poema inspirando y espirando, generas energía de paz, relajación y plena consciencia. De esta forma, obtienes la cualificación maestro o maestra de la campana. Si no estamos en paz, tranquilos y lo bastante felices, no deberíamos invitar la campana a sonar. Si estamos en paz, el sonido transmitirá esa calidad pacífica.

  Lo primero que hacemos después de recitar el poema es despertar la campana. No produces un sonido completo, si no un medio sonido. Para hacerlo, tocas el borde de la campana ligeramente con el invitador, y lo mantienes ahí. Ese sonido de despertar anuncia a todos que a continuación hoy van a escuchar un sonido pleno. Después de que todos hayan disfrutado de inspirar y espirar una vez, hayan dejado de hablar y de pensar, y estén preparados para recibir el sonido que vamos a generar, invitamos un primer sonido pleno de la campana.



Después de invitar la campana, deberíamos permitir a todos tiempo suficiente para disfrutar espiraciones profundas. Sé generoso, por qué es un tiempo para generar paz y felicidad. La respiración de cada persona tiene una duración diferente; si eres maestra o maestro de la campana, puedes permitirte inspirar y es espirar cuatro veces. Sobre todo si es un niño quien actúa como maestro de la campana, debería respirar cuatro veces en lugar de tres con cada sonido. Si somos jóvenes, nuestra inspiración y espiración no durarán tanto como la de un adulto que ya esté habituado a la práctica.

  Mientras inspiramos, podemos decir: << Escucho, escucho>>. Invitamos a todas las células del cuerpo a unirse a nosotros y a escuchar profundamente. Dejamos que el sonido de la campana penetre en cada célula del cuerpo y ayude al cuerpo a relajarse. En el cuerpo hay miles de millones de células, y todas ellas respiran a la vez. Por eso, cuando decimos: << Escucho, escucho>>, en realidad lo que decimos es: << Escuchamos, escuchamos>>. miles de millones de células están escuchando en ese momento. Hoy se unen para generar una energía colectiva de escucha. No escuchamos en cuanto que individuos, escuchamos como una comunidad: la comunidad de las células. Esto se denomina << Escucha profunda>>. escuchar de esta manera calmará y pacificará nuestro cuerpo y nuestras sensaciones al mismo tiempo. Cuando nos inunde una sensación de inquietud, escuchar así nos hará mucho bien, podremos calmar esa sensación.

  Todos sabemos que nuestros ancestros biológicos y espirituales están plenamente presentes en cada célula de nuestro cuerpo. Quizá queramos invitarlos a todos a qué se unan a nosotros, escuchen la campana y regresen de nuevo a la vida. Creemos que nuestros ancestros ya no están vivos, pero cuando miramos con detenimiento, podemos ver que eso no es cierto. Aún viven dentro de cada célula de nuestro cuerpo. Podemos entrar en contacto con ellos siempre que queramos. Podemos hablar con ellos. podemos invitarlos a caminar con nosotros, a respirar con nosotros y escuchar la campana con nosotros. Cuando escuchas la campana, puedes invitar a todos los ancestros que hay en ti a unirse en la escucha. Escuchar de esta manera puede ser transformador, sanador.

  Cuando espiramos, decimos: << Este sonido maravilloso me trae de vuelta a mi verdadero hogar>>. Nuestro verdadero hogar está en el momento presente, el momento en que la vida está disponible. Así que mientras espiramos y escuchamos la campana, dejamos el pasado, el futuro, los proyectos, y nos asentamos en el momento presente, en contacto con las maravillas de la vida que hay en nosotros y alrededor. Allá donde vayamos, si hay en nosotros plena consciencia, ese lugar es nuestro verdadero hogar.

  Inspiramos y espiramos tres veces antes de invitar la campana a sonar una segunda vez. Con tres sonidos plenos de la campana tendremos la oportunidad de inspirar y espirar nueve veces.

   Por la mañana, antes de ir a la escuela o al trabajo, podrías sentarte y escuchar el sonido de la campana. Lo puedes hacer en soledad o en compañía de tu familia. Con tres sonidos damos la oportunidad de respirar nueve veces, y un grupo de personas respirando así genera una energía de paz y plena consciencia que puede ser poderosa, sanadora, nutritiva. Si hay niños sentados con nosotros, podrán percibir esa energía. no necesitamos desearnos unos a otros un buen día. Podemos hacer que el día sea bueno empezándolo bien. Lo mismo sucede por la noche. Podemos reunir a los niños en torno a la campana y practicar la respiración consciente para relajar el cuerpo y sentir la presencia de los otros antes de acostarnos.

  Durante el día, en cualquier momento en que notemos que la atmósfera no es lo bastante pacífica (por que haya ira, inquietud o dificultad en respirar) podemos invitar la campana a sonar para que toda la clase pueda
relajarse, respirar y restaurar la paz y la felicidad. Puedes programar una campana de plena consciencia en un aparato digital para que suene cada quince minutos y así dejar de trabajar, escuchar la campana y regresar para disfrutar de inspirar y espirar.