PRIMERA PARTE
PRACTICAS BÁSICAS
1-LA RESPIRACIÓN
Respira, ¡estás vivo!
Thich Nhat Hanh
La respiración consciente lleva la mente de regreso al
cuerpo, y así podemos asentarnos en el aquí y el ahora, plenamente presentes para
poder vivir de forma profunda cada instante de la vida diaria.
Los educadores
deben dominar La práctica de la respiración consciente antes de poder
ofrecérsela a sus alumnos. Esta puede ser una tarea muy alegre y placentera, puede
aportar alegría y ayudarnos a lidiar con sensaciones y emociones dolorosas. Si
los educadores son capaces de hacerlo, podrán ayudar de forma natural a sus
alumnos hacerlo también.
Incluso los
estudiantes más jóvenes pueden ser, a menudo, víctimas de sus propias emociones
fuertes y sensaciones dolorosas. Si no conocen la forma de encarar esas
sensaciones y emociones dolorosas, sufrirán. Nosotros, los educadores, podemos
inspirar y espirar y así generar energía de plena consciencia para ayudar a
nuestros alumnos a sufrir menos. Esto es algo muy hermoso de contemplar. Si
comprendes su sufrimiento, si lo escuchas, puedes decirle: << yo también
he sufrido, pero práctico de esta manera y ahora sufro menos. ¿Quieres aprender
a hacerlo?>>. Y te escucharán. esta comunicación entre educador y
estudiante transforma el aula en una comunidad. cuando los estudiantes están felices y
relajados, la labor de enseñar y de aprender se hace más fácil.
No esperes a que
surja una emoción fuerte para empezar a practicar. Debemos empezar a practicar
la respiración consciente ahora mismo, y así, tras unas pocas semanas, nos habremos
acostumbrado a practicar.
La plena
consciencia de la respiración es muy útil y cualquiera puede hacerlo. no es
algo complicado, y aporta al instante una gran calma y felicidad. Empezar a
practicar es sencillo: << Inspirando, sé que estoy inspirando. Espirando,
sé que estoy espirando>>. Identificas la inhalación como una inhalación y
la exhalación como una exhalación. Cuando inspiras, sabes que se trata de una
inspiración: eres consciente de que se está desarrollando una inspiración. Cuando
espiras, sabes que se está desarrollando una espiración. Cuando usas la mente
para identificar la inspiración y la espiración, ya no hay pensamiento.
<< Inspirando, sé que esta es una inspiración>>, eso no es pensar.
Eso es reconocer lo que está sucediendo: tu inspirar y espirar. Puedes
disfrutar de tu inspiración y de tu espiración.
Mientras tomamos aire, ponemos atención solo
en la respiración: la respiración se convierte en el objeto único de la mente.
Si estamos realmente concentrados y atentos a la respiración, abandonamos todo
lo demás: el pasado, el futuro, nuestros proyectos, nuestro miedo y nuestra ira,
porque la mente tiene un único objeto: la respiración. hay en nosotros
arrepentimiento y remordimientos sobre el pasado, miedo e incertidumbre sobre
el futuro. Como hemos concentrado la mente en la respiración, lo abandonamos
todo en 1 o dos segundos. Inhalando, la plena consciencia nos hace libres. En
ese instante, sí sentimos la necesidad de decir o hacer algo, hablaremos o
actuaremos de forma más adecuada porque hay en nosotros libertad suficiente. No
actuamos bajo la influencia de la ira ni del miedo.
El efecto de esta
práctica puede ser muy hondo. cuando pones la atención en las inspiración y
regresas a tu cuerpo, puedes alcanzar esta profunda visión: <<¡ Tengo un
cuerpo! Soy consciente de que tengo un cuerpo>>. Cuando mente y cuerpo
están unidos, estás de verdad en el momento presente, en el aquí y el ahora, dispuesto
a vivir tu vida. Si conocemos la forma de estar en contacto con el cuerpo, desconectar
con el cuerpo, conectaremos con la Madre Tierra y con todo el universo.
Te ruego que no
subestimes este sencillo ejercicio. aunque lleves 10 o 20 años practicando la
respiración consciente, sigue siendo una práctica maravillosa que te
proporcionará más y más beneficios.
A continuación
practicamos seguir la inspiración y la espiración en todo su recorrido:
<< Inspirando, sigo a mi inspiración desde su principio hasta su fin. Espirando,
sigo mi inspiración hasta su fin>>. No hay interrupción alguna en nuestra
plena consciencia durante el tiempo que duran la inspiración y la espiración. Al
concentrar la atención totalmente en la respiración, cultivamos la
concentración. No pierdes ni una milésima de segundo; estás plenamente unido a
tu respiración, moras de forma sólida en tu respiración. Ser sólido, estable, significa
que estás libre del pasado, qué estás libre del futuro, qué eres capaz de
establecerte en el aquí y en el ahora.
En el tiempo que
dura la inspiración, pueden aparecer muchos tipos de visiones profundas como
<< Inspirando, estoy vivo>>. Podemos celebrar el milagro de estar
vivos solo con inspirar. Esto es ya felicidad. No tenemos que ir a buscar la
felicidad a otro lugar. Tan solo nos sentamos y disfrutamos del hecho de estar vivos.
Si practicamos la
respiración consciente mientras caminamos, puede que reconozcamos Que estar
vivos es un milagro y qué caminamos sobre un hermoso planeta. Con esta visión
profunda, la felicidad puede llegar al instante. La felicidad no está hecha de
dinero, fama o poder, sino de conciencia de la respiración. Al seguir y
disfrutar de nuestra inhalación y exhalación en toda su duración, cultivamos
una mayor concentración, porque la plena consciencia y la concentración son la
misma naturaleza, como el agua y el hielo.
Cuando cuerpo y
mente se alejan, no estamos realmente presentes. Cuando pasamos dos horas
delante de una pantalla, podemos olvidar completamente que tenemos un cuerpo y
cuando la mente no acompaña al cuerpo, no estamos realmente vivos. Estamos
perdidos en el trabajo, en nuestras preocupaciones, nuestro miedo, nuestros
proyectos. Así que la respiración consciente puede ayudarnos a unir mente y
cuerpo. El momento en que lo hacemos es un momento de vida verdadera. Cuando la
mente y el cuerpo se unen, podemos experimentar las maravillas de la vida en
nosotros y en torno a nosotros: eso es la vida.
Cuando estamos
con el cuerpo, no solo experimentamos que este cuerpo es una maravilla; quizá
nos demos también cuenta de que hay algo en este cuerpo que no necesita
cuidados y atención para ser transformado. Quizá se trate de tensión o dolor. Al
vivir en el olvido, hemos permitido que se acumulen en el cuerpo tensión y
dolor. Hay en nosotros mucho estrés. La vida moderna hace que se acumule una
gran cantidad de estrés y tensión en nuestro cuerpo.
Gracias a la
práctica de la respiración consciente, hoy podemos soltar la tensión del cuerpo.
<< Inspirando, suelto la tensión de mi cuerpo>>. Cuando inhalamos y
regresamos al cuerpo, puede que notemos que esta tensión nos impide estar
relajados, en paz, felices. Y notarlo nos hace estar motivados por el deseo de
hacer algo para ayudar a nuestro cuerpo a sufrir menos. Al inspirar y espirar, permitimos
que se suelte la atención del cuerpo. Esa es la práctica de la relajación total.
Cuanto más practicamos, más agradable la encontramos.
Atrapados en el
estrés de la vida diaria, a veces nos parece que no tenemos tiempo para
practicar la plena consciencia. Sin embargo, inspirar y espirar en plena consciencia,
deja ir los pensamientos y enraizarnos en el cuerpo solo requiere de uno o dos
minutos. Podemos practicar a lo largo de todo el día y notar los beneficios al
momento, lo mismo si estamos sentados en el autobús, en el automóvil, tomando
una ducha o preparando el almuerzo. No podemos decir: << no tengo tiempo
para practicar>>. Disponemos de una gran cantidad de tiempo si sabemos
observar con detenimiento. Esto es muy importante. si nosotros practicamos, si
nos relajamos y estamos más alegres, nuestros estudiantes también se beneficiarán
de ello. Practicar la respiración consciente es un acto de amor. Hay en
nosotros paz, relajación, alegría, y nos convertimos en un instrumento de paz y
alegría para los demás.